La verdad no estaba convencido con los diseños de Señoras del Caos para Zatanna y Wondy, pero la historia lo justificó y exaltó por completo. También quedé con la duda de cómo Swampy, Bobo y Man-Bat también adquirieron los poderes, pero fue sin duda la cúspide de la historia. Finalmente la Justice League Dark se forma y forja como un grupo poderoso.

Se empieza a gestar la siguiente parte de esta gran historia. El ambiente tenso y desesperado es casi palpable, y ahora hay más piezas sobre el tablero. Tynion IV sabe hacia dónde va, y en cada capítulo sigue tejiendo la maraña del gran evento mágico en curso.

Un gran abrebocas para el universo Absolute. Una historia compacta y loca, tanto por un lado como por el otro. Hace que el universo Absolute cobre sentido, y dan muchas ganas de leer más. Muy bien logrado.

¡Un nuevo rumbo! Se siente bien revisitar los origenes de Flash, ¿pero con un giro? Ya veremos qué depara esta nueva historia a cargo de Williamson.

Una vez más Flash haciendo cosas raras con el tiempo. La historia es emocionante, y logra mantenerte atrapado en el número hasta su final, provocando ganas de más.

No me esperaba en absoluto el final. Quizá la historia no hace mucho sentido a la frase en su portada, pese a una pequeña orientación en la historia.

El final fue lo que salvó a este número. La historia no fue muy distinta y cayó en demasiados clichés, aunque no es extraño siendo una historia de origen. También muchos diálogos o datos no tuvieron sentido, se sintieron casi de relleno. Sin embargo, sigue aportando al que está siendo un gran arco de Year One.

Un buen número, que usa mejor el recurso de la motivación a partir de las experiencias o recuerdos, y que ofrece una personalidad a estos personajes de forma más natural.

El final de Año Uno fue como se esperaba, un cómic lleno de esperanza y redención ante un futuro incierto. Me encantó la conexión de la historia con el presente, así como El Año del Villano (que sigue dando mucho bombo pero aún no llega a nada). Un gran arco brindado por el gran Joshua.

La llegada de Lobo era inminente e inevitable, y efectivamente llegó con toda su esencia. Un gran número que pone patas arriba al equipo.

Una batalla no tan movida como en el número anterior. Al final, nuevas dudas surgen y aún quedan muchos nudos en la historia de los Teen Titans. El año del Villano continúa formándose...

Una muy buena introducción a la dinámica de este nuevo equipo. De forma sencilla, Bryan Hill logra darle personalidad a cada participante formando un equipo muy vivo e interesante.

Nuestros personajes toman rápidamente un propósito, en una historia sencilla de leer y fácil de comprender. La acción es buena y los dibujos impecables.

La mecánica de Ra's adoctrinando es interesante, sin embargo, un poco apresurada y sin tacto. Es decir, la moralidad de los personajes podría ser mejor explotada, y aquí se toma un poco muy a la ligera. Sin embargo, una buena historia que continúa muy bien con el arco.

Es bueno ver la complejidad que Hill le da a cada uno de los integrantes del grupo. Sus luchas internas y dinámicas están maravillosamente definidas. Lo único que falla, teniendo en cuenta esta tendencia, es lo fácil que Sofía parece carecer de personalidad.

Finalmente, el “control” que Ra’s aplicó sobre Sofia tiene un poco más de sentido cuando Katana intenta convencerla. Vemos más el motivo de su transformación y que, en realidad, todo está siendo en gran parte en contra de su voluntad. Ahora bien, ¿qué se trae entre manos Ra’s?

El plan de Ra's es revelado, aunque poco se sigue sabiendo de qué pretende, o más bien, de qué consecuencias esto traerá a los Outsiders.

Es bueno ver a The Spectre de nuevo. Por el momento inicia un nuevo arco de forma confusa, y aunque es la idea, falla en crear verdadero interés en la historia.

Quizá la historia pudo haberse alargado más o repartido en varios números. Fue algo apresurado su desarrollo. Sin embargo, la buena colaboración entre Batman y Spectre la hace una gran historia. Parece que cimentará el futuro de The Spectre en DC.

Un gran Joker y un cruel y sádico juego. Un clásico bien representado, que si bien lo hace un número con poca acción, logra transmitir esa tensión confusa de un juego mortal.

Un concepto muy bien logrado, ese ambiente prominente y celestial. Un gran viaje de reencuentro para Arthur.

Un gran retorno. El rey prometido está de regreso. Y ahora los problemas que enfrenta son más grandes que él.

Jarro es un personaje increíble, no solo por su historia, como nos lo cuenta este número, sino por su capacidad de romper la dinámica de la Liga y crear un ambiente totalmente nuevo. Ah, y sí, se viene la guerra. Pero Jarro, el mejor Robin de la historia, lo tiene bajo control (en realidad no).

La verdad Grant Morrison escribe cosas muy extrañas. La lectura es complicada entre tantos nombres alienígenas y sucesos sin contexto sucediendo a la vez. Sin embargo, este número lleva a un interesante desenlace.

Es una buena historia; sin embargo, más disfrutable si los personajes, mundos, universos y conceptos no se introdujeran de forma tan abrupta, y la historia se desarrollara de forma más lenta para lectores casuales, que quizá no están enterados de todas las referencias que se hacen en el número. Una breve introducción, pese a que hiciera más larga la serie, sería recomendable.

La historia se desarrolla mejor, y vemos un rumbo más directo en lo que ha sido una trama un poco confusa y con muchos matices. Sin embargo, es impresionante que pese a la complejidad de la misma Grant pueda brindarnos un gran universo conciso y una historia lo suficientemente clara como para disfrutarla.

Y así llega el final, que queda más como una puerta a lo que serán los problemas verdaderos. Se asientan las bases y elementos para una gran historia, que según parece veremos dividida en varias partes.

Un gran número con una deliciosa lectura fluida. Quizá poca acción, pero permite enlazar perfectamente el pasado y presente (en ambas perspectivas) de nuestros personajes. Además le da mucha más vida a las conexiones entre cada uno, brindando ese trasfondo.

La historia salta de un punto a otro de manera brusca y poco trabajada. Lo que parecía ser el arco completo de la historia queda en segundo plano y se soluciona de forma básica, sin esencia ni buen guion.

Después del extraño cambio de ritmo de la serie, se empieza a presentar el nuevo status quo en el Suicide Squad. Sin embargo, aún carece de sentido y motivación esta nueva alineación.

Un número lento, sin embargo, por fin le da cuerpo a la historia y propósito. Conocemos finalmente la formación completa del Escuadrón.

Un buen número lleno de acción y narrativas paralelas bien hechas. Un final muy atractivo, animando a esperar con ansias el siguiente número.

Varios cabos sueltos que pudieron ser abordados de forma genial, se resolvieron en apenas unas viñetas. La historia sigue siendo interesante, sin embargo, quizá el desarrollo está siendo un poco pobre.

Un final esperable, con un poco de intriga hacia qué seguirá en el Escuadrón. Sin embargo, quedaron muchas dinámicas y posibles historias por explotar. Hubiera sido mejor no haber acabado así el volumen.

Un número aburrido y, pese a presentar nuevos actores en el dilema actual de Sups, no se ve nada interesante, llamativo, ni que represente de verdad una amenaza.